En la tradición cristiana los relicarios, que por entonces eran más conocidos como encólpium, eran llevados como medallas. Además, los relicarios contenían dijes con inscripciones o forma de cajitas. Esta palabra proviene del latín “reliquiae”, vocablo que también da origen a la palabra “reliquia”, que puede traducirse como “los restos de una persona muerta”.

Existen una gran cantidad de personas santificadas por la iglesia católica, que en vida llevaron a cabo importantes contribuciones a las bases teológicas e históricas para la iglesia, que se consideran santos. Sus pertenencias recibían un tratamiento delicado y especial. Por lo que, cuando un santo fallecía, sus restos u objetos personales se depositaban en cofres, llamados relicarios. Éstos tienen un evidente valor simbólico, ya que recuerdan a un personaje histórico que destaca por su santidad y su vida ejemplar. De la misma forma, en la antigüedad se usaban para agrupar las joyas y recuerdos personales o familiares.

El relicario es una joya con cierto misterio también conocido como medallón o colgante. Es muy habitual que estas joyas lleven incorporadas algún elemento en su interior: una pequeña foto, una imagen religiosa, un mechón de pelo o incluso sus cenizas.

En el siglo XlX los relicarios se hicieron muy populares, era costumbre regalar un relicario de duelo. Este tipo de relicario tenía como finalidad recordar a una persona fallecida.

Llevar un relicario es algo distinto a llevar una simple joya ya que generalmente, como hemos comentado, hay una historia llena de sentimientos intensos. Cada vez son más las falleras que incluyen estas joyas en sus trajes. Al observar a una fallera con un relicario sabemos que éste está relacionado con algo especial y único. En la actualidad el relicario se ha convertido en una pieza de coleccionismo.

Os mostramos en las siguientes imágenes distintos relicarios. También podéis ver nuestras formas favoritas de colocarlos. Cuando vais vestidas de falleras es una ocasión perfecta para lucir todos los relicarios que tengáis.